La honestidad es entendida como un conjunto de valores positivos como pueden ser el pudor, la dignidad, la decencia, la justicia, la sinceridad y la rectitud en la forma de actuar de algunas personas, tanto consigo misma como para con los demás.
Para crear relaciones interpersonales duraderas y fuertes, que se basen en la sinceridad, el respeto y la confianza es fundamental ser honestos. Y esto excede el ámbito personal para penetrar también en las comerciales, que es donde más escasea. Esto es porque el dinero es, en muchas ocasiones, uno de los grandes enemigos de la honestidad, y evidentemente es lo que mueve al mercado laboral. No obstante, cuando la honestidad se emplea en los negocios, su valor se multiplica.
¿Cómo saber si estás contratando un tarot sincero honesto? Al tratarse de un servicio tan subjetivo, donde sus resultados son imposibles de cuantificar de una manera científica, por decirlo de alguna manera, su validez ha de sustentarse en otro tipo de fundamentos.
Cuando una vidente, a través de sus herramientas personales, es capaz de mirarte a los ojos y decirte toda la verdad de lo que ve, crea un vínculo contigo difícil de superar. Debes huir de aquellas que solo quieren regalarte los oídos con cosas bonitas. Todos sabemos que el futuro nunca es 100% color de rosa para nadie, siempre aparecen contratiempos, por lo que debes desconfiar al instante de aquellos que no quieran hacértelo ver así, por miedo a que no vuelvas o porque, simplemente, no sepan qué decirte.
A nadie le gusta dar noticias negativas, todos preferimos ver una expresión de felicidad en el otro provocada por nosotros, pero es necesario que te prevengan de los baches del camino, para poder tomar las mejores decisiones y afrontarlas con valor porque, de todas maneras, van a suceder. Las videntes profesionales siempre van a actuar con honestidad en este sentido, pero con tacto y amabilidad, escuchando tus miedos y, sobre todo, dando posibles soluciones.
Cómo saber si no existe sinceridad
Como hemos dicho más arriba, es fundamental que la vidente a la que acudas esté avalada por una web profesional que te la recomiende y respalde, solo así sabrás que se trata de personas con dones naturales cuyo fin es ayudarte. Si no lo haces así, ten en cuenta los siguientes consejos:
– Transacción económica. Desconfía de aquellas que quieran hacer el servicio “totalmente gratis”, por cantidades muy elevadas o las que no son totalmente claras en sus tarifas y luego te pasan unas facturas que no esperabas. Lo mejor es que, desde el principio, tú sepas cuánto te va a cobrar, cuánto va a durar la consulta y las características de la misma (por ejemplo, algunas cobran por pregunta realizada).
– No tienen un lugar fijo donde atender a sus clientes. En algunas ocasiones verás anuncios de tarotistas en publicidad pegada a las marquesinas de autobuses o a las farolas. Algunos de ellos, al llamar, te citan en alguna cafetería o parque porque no disponen de espacio propio para realizar los servicios con un mínimo de privacidad. Sospecha de ellos.
– Los servicios extra. Ten en cuenta que las tarifas que se te ofrecen son solo por la consulta, pero existen una serie de “trabajos extras” que pueden facilitarte la toma de decisiones y que realizan algunas personas. Al igual que hemos indicado en el primer punto, ten muy claro desde el principio cuánto se incrementará el precio de dichos complementos para que luego no te lleves una sorpresa.
– Los profesionales de la clarividencia, al igual que cualquiera que ofrezca un servicio a terceras personas, han de cumplir con Hacienda y las reglas del mercado laboral. Esto quiere decir, que han de estar registrados en la Seguridad Social y pagar los impuestos que les corresponden. Si le pides una factura de la consulta y se niega a dártela es motivo de sospecha porque podríamos estar hablando de que se mueve en los límites de la alegalidad, y esto choca con la honestidad de la que hablamos antes.
Por el contrario, el tarot honesto huirá de toda esta mala praxis y se notará tanto en los pequeños detalles como en asuntos más importantes. Por ejemplo, se le informará al cliente en todo momento, y con detalle, de lo que está contratando. Entienden que muchas personas van en una situación muy vulnerable y hay que hablarles con cercanía y con cuidado, pero siempre contando la verdad de lo que se ve, sin ocultarle nada.
Cuidará su tono de voz y sus palabras para no herir la sensibilidad de nadie, siendo prudentes al manejar la información, rectificando cuando sea necesario.
Al final, esto redunda en beneficios para el profesional porque va a conseguir que confíes en él, volviendo a contratar sus servicios. Por lo que le interesa ser así.